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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Resumen de la charla sobre el Acoso escolar

Ayer tuvo lugar la charla sobre el acoso escolar impartida por un inspector de la Policía Nacional ante una treintena de padres de alumnos de nuestro colegio.
Ante un problema más grave de lo que muchos queremos creer, aprendimos a reconocer los indicadores que pueden ayudarnos a identificar en nuestros hijos comportamientos tanto de acosado como de acosador y lo que es también importante, si es testigo de hechos que puedan llevar a un acoso.

El acoso escolar (o "Bullying" como también es conocido) es un maltrato continuado, físico, verbal, psicológico o monetario entre escolares del mismo centro. No tiene que estar supeditado al interior del recinto. También puede darse este acoso en los trayectos hacia el mismo, o incluso en lugares de reunión comunes de estos estudiantes. Si bien es cierto que suele darse en mayor medida en los Institutos, parece que existen casos en los últimos cursos de los colegios de primaria.

Se puede considerar la violencia como primer indicador del acosador. Una violencia que puede expresarse en diversos cauces dependiendo de la edad, forma física, sexo o influencia del individuo. Se asocia al acosador con el típico "Matón" de instituto, pero bien es cierto que pueden observarse acosos mas sutiles por parte de adolescentes que utilizan el maltrato psicológico o verbal y que pueden causar tanto o más estrago en un niño que una patada o un puñetazo. El mal uso de  las redes sociales y el "Ciber acoso" son ejemplos de esto último.

Para identificar a un niño acosador, hay varios factores, los más importantes son:
-Acumula objetos nuevos (No adquiridos por el entorno familiar).
-Realiza comentarios despectivos y burlescos sobre compañeros del centro.

El agresor suele carecer de empatía, tiene una distorsión de la realidad importante, delegando culpa y responsabilidad ante sus actos. Su educación ha sido permisiva en el entorno familiar y materializa sus frustraciones haciendo daño a otros.

Las soluciones ante la detección por parte de padres, profesorado y alumnos debe empezar siempre por el diálogo y la conciliación:
-Hay que cambiar las reacciones agresivas.
-Pedir ayuda si hay problemas en el entorno familiar.
-Trabajar la empatía.
-Enseñar la diferencia entre respeto y dominio.
-Autocontrol.

Por otro lado, la víctima recibe un maltrato continuado por parte de sus acosadores, lo que le hace entrar en una espiral de problemas físicos y psicológicos cada vez más graves:
-Baja autoestima.
-Incapacidad de denuncia.
-Ansiedad.
-Intentos de suicidio.

Las señales que pueden identificar a un niño acosado son también bastantes, y fácilmente identificables en el seno familiar:
-No cuenta sus actividades en el colegio y se muestra esquivo ante las preguntas.
-Rechazo a acudir al centro, llegando incluso a fingir enfermedades.
-Falta de apetito.
-Crisis de llanto, tristeza extrema, miedos o nervios ante situaciones cotidianas.
-Heridas.
-No se relaciona o no sale de casa.

Ante una situación de este tipo, lo importante es que el acosado no se siente presionado, interesarse por él, y dejarle hablar, reforzando su autoestima. No menospreciar el problema e intentar indagar y preguntar para encontrar la raíz del problema y si fuera necesario, acudir al centro y buscar la mediación del cuerpo técnico puede solucionar en fase temprana el conflicto. Si esto no fuera suficiente, habría que contactar con asociaciones de ayuda ante el acoso, o incluso con la propia Policía Nacional.

Por último, los testigos que presencian actos de este tipo, deben sentirse obligados a denunciar. Hay que romper la cadena de silencio que rodea el acoso, eliminando la imagen del "chivato".

Las asociaciones a las que se puede solicitar ayuda o información son, entre otras, PROTEGELES, ANAR, ACOSOESCOLAR, CIBERBULLYING, o la Web de la Policía Nacional.


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